Yo elijo la paz en lugar de la discordia en todas mis interacciones.
Mis palabras son siempre cuidadosas y respetuosas, promoviendo la armonía y el entendimiento.
Encuentro soluciones constructivas para resolver cualquier conflicto que surja en mi vida.
Cultivo la empatía y la comprensión hacia los demás, reconociendo sus perspectivas y necesidades.
Estoy abierto/a a comunicarme de manera clara y sincera para resolver cualquier malentendido.
Mi capacidad para perdonar y dejar ir me libera de cargas emocionales negativas.
Encuentro puntos en común con los demás y construyo relaciones basadas en la colaboración y el respeto mutuo.
Mis acciones reflejan mi compromiso con la paz y la concordia en todas mis interacciones.
Acepto que cada persona es única y merece ser tratada con dignidad y compasión.
Me centro en buscar soluciones positivas y constructivas en lugar de culpar o criticar a los demás.